Entre los Sonidos y el Silencio

Entre los Sonidos y el SilencioEntre los Sonidos y el Silencio
Musicoterapia en la infancia clínica y teoría

Autor Gustavo Gauna
con colaboración de la Lic. María Cristina Dasso
Editorial ARTEMISA – Rosario
Primera Edición 1996
Editor Responsable: Virginia Pascazzi
Impreso en Argentina

 

 

Prologo

Gustavo Gauna recurre a la clínica, a la experiencia y sus resutados, para interrogarse, haciendo muchas veces suyas las preguntas de muchos de nosotros. ¿Cómo es que nuestra práctica tiene efectos?.

Ensaya una fundamentación sotenida en la concepción del Hombre como constante, punto en el que opera con la colaboración de la antropóloga María Cristina Dasso, y un entrecruzamiento de variables culturales en el que se construye un Sujeto.
Pero, entiendo, el punto en el que este texto estructura su sentido, no es otro que la misma clínica, y es allí desde donde Gustavo vé emerger una teoría y técnica posible de la Musicoterapia.

En la intensidad de los relatos clínicos que ejemplifican las colaboraciones teóricas de Gustavo, creo encontrar un recuerdo, quizás una cita reelaborada, al modo de un procedimiento de composición, de aquello que llamamos Experiencia Shamánica. De ningún modo se trata de una invocación de principios esotéricos o cosa similar, muy por el contrario, nuestro autor, observa la estructura de aquella práctica y piensa, y nos hace pensa sobre ella.
Aquí, como en otros pasajes del libro, encontramos una posición tomada en defensa del profesionalismo en Musicoterapia.

Musicoterapia no es otro que aquel formado en ámbitos universitarios debidamente reconocidos, no en un curso de verano, no un casual post-grado de otra profesión, no docentes de música con buena voluntad. Procesionales musicoterapeutas formados en una red de discursos generadores de un Saber con Identidad, este libro es testimonio de ello, y con un proceso personal en la compleja experiencia de los discursos construidos con esa materia cuyo borde siempre está algo más allá del horizonte de la palabra.

Adhiero profundamente a la defensa del profesional musicoterapeuta expresada en este libro.

Creo no haber mencionado aún en el que, a mi entender, es el mérito principal de este escrito. Hablo de la posibilidad de volver a la clínica, al discurso que acontese en nuestro hacer, para discutir fundamentos, disentir o acordar, pero siempre escuchar. Y escuchar a neustro autor es encontrar en el texto conceptos qu ayudan a pensar, a estructurar, la noción de personalidad expresiva, la noción de Núcleos de salud.

La proposición de una co-construcción con el paciente de un discruso expresivo, dice Gauna, en el que la conflictiva emocional vaya encontrando un sentido, representaciones por medio de la expresión.

La personalidad expresiva es caracteristica constructiva del sujeto, sobre la que se va inscribiendo, integrando el proceso musicoterapéutico, como una construcción de aquellas representaciones.

Esta toma de posición teórica, del trabajo de los Sano del paciente es la apuesta que hace Gustavo Gauna a un principio, el concepto de Núcleo de Salud.

Hay planteada aquí una inversión de términos, ya no adaptamos lo que pasa en nuestras sesiones a la teoría, que es fija, es profunda y es inmóvil sino que, si nos valemos de una teoría será porque del trabajo, de la clínica, de la relación fundante con nuestros pacientes emerge la necesidad de ello, y tan pronto como apoyamos algún discurso explicativo en aquella hipótesis teórica, recordamos que los fenómenos de nuestro hacer, la Musicoterapia, habitna el mismo territorio que el Arte. Son. Luego habrá teoría.

Hubo un época en que la práctica musicoterapéutica era un ejercicio docente, cuasi recreativo, propendiente a mejorar ciertas capacidades de algún paciente, su motricidad, su memoria, su atención, sus hábitos, se trataba de colaborar con las terapias médicas, fonoaudiológicas, kinesiológicas, e inclusive algunas postulaciones de la psiquiatría.

Hubo una segunda época en que la comunidad de musicoterapeutas, quizás porque el ejercicio de su práctica se fue desarrollando en el campo de la salud mental, comenzó a entretejer un pensar, un teorizar apoyado en concepciones diversas de la psicología y el psicoanálisis. El fruto de este estadio fue la concecpción de técnicas que permitian lecturas, interpretaciones, algún comprender, algún alivio, en tanto estaban validadas por un Saber, supuesto, lógicamente superior

Y tambiém posibilitó encontrar en ese soporte, la ilusión de una identidad profesional.

Estos estadios conviven con un tiempo ya inaugurado. El tiempo de escuchar a las cosas. Escuchar a la clínica, a sus discursos, a su materia.

A este tiempo, pertenece este libro.